A-mantes de la soledad

Cabe la posibilidad de que este sea el momento de olvidarte por completo, de poner puntos y final lo que nosotros quisimos ponerle puntos suspensivos. Las canciones siguen hablando de ti, de alguien que hizo maletas y se fue a Londres a olvidarte y a perderse por calles infinitas y buscar otros ojos que no fueran verdes. Miles de folios aún por estudiar y yo escribiéndote una canción que no me sale. Alguna que otra lección de vida que aprender. Lo intenté, lo intenté con todas mis fuerzas y fracasé. 
Los Febreros se contaban con los dedos de una mano y los abriles se me escapaban. Me muero a distancia de dos mil kilómetros, y tú también lo haces. Te quise lo más que puede. Su sonrisa quiso ser y no fue, quiso entender y no pudo.
Te ahogué en el último trago de café, y prometí meterte en el mes de febrero para siempre. Hoy es un día de esos en los que no me acuerdo ni de mi y las prisas corren más de la cuenta. Que el tiempo no pasará si no pasa nada.

Yo ya no quiero ser tu dulce introducción al caos, yo quiero ser tu caos.