Tengo tantas cosas que decir, que no sé por donde empezar. Voy a empezar por ti, a decirte eso que tanto me cuesta. Voy a decirte 'te quiero'; a mirarte a los ojos y a volvértelo a decir.
Nunca llegaremos a conocernos, somos unos desconocidos que nunca serán más que eso.
Podremos hablar del tiempo, e incluso de amores. Que aún así, seguimos siendo unos desconocidos que no quieren conocerse.
No mereces que hoy te esté escribiendo esto. Pero tampoco nadie te merece. Es difícil, lo sé. Para mi nunca fue fácil, aún así, nunca me verás llorar. Renunciar puede que sí.
Septiembre, odio septiembre. No es mi mes. Pero me parece bonito.
Tengo que decir esto; no tengo edad de escribirte algo bonito. No tengo edad de hablar de amores. Pero si puedo hablar de lo que siento por ti. Quizás debas saberlo, aunque no te importe. Yo nunca te importé, y lo sé, no te culpo. Si yo fuera tú, alguien como yo no me importaría.
También he de decir que suena Save me an Angel mientras te escribo esto. Y alguna lágrima se me ha escapado.
Quería decirte que aquella tarde que fuimos al cine, no la olvidaré nunca. Aquel Julio de 2010. Probablemente tú ni te acuerdes, pero lloraste con el final. Y como aquella película bien enseñaba, los finales felices, no existen. Unos lloran y otros ríen.
Bueno, no he venido hablarte de la película de aquel jueves. He venido a decirte que estoy aquí. Que si algún día todo el mundo te da la espalda. Yo daré la cara por ti. Que aquí ninguno está solo, y si lo está es porque quiere. Creo que ya, me sobran hasta las palabras.
Ahora suena Lady Antebellum con su 'Just a Kiss' y parece que el mundo quiere acabarse esta noche.

Y yo podría decirte alguna estupidez, como por ejemplo, te quiero. Pero para mi quererte, no es ninguna estupidez.