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lunes, 14 de diciembre de 2015

Y entonces aparece, le miras.
Sientes el frío de diciembre sobre la cara, una calada más y tiro el cigarro de la desesperación
Las ocho y veintisiete, sus ojos azules, las nubes se van y sale el sol.
Te miro, no me miras, te miro y sonries.
Era jueves pero para mí todos los días son iguales. Te miro y sonries, y yo solo me quedo con eso.
El tiempo se para cuando tu sonríes y el cigarro se consume (yo también) Solo hay un número que pasa por mi cabeza en ese momento. Diecisiete.
Diecisiete te quieros que nunca te dije, diecisiete te quieros que nunca me dirás.
Unos ojos infinitos como el mar, y una mirada de esas que te erizan la piel. Y como bien dicen, que se joda el mar que yo me baño en tus ojos.

Era jueves, pero parecía el fin del mundo. 


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